El estilo mediterráneo, que literalmente huele a arena, brisa marina y vacaciones, es la verdadera esencia de la alegría y el descanso. Los interiores diseñados en este estilo garantizan experiencias estéticas maravillosas, pero una fachada de estilo mediterráneo también puede ser igualmente interesante, dándole al edificio un ambiente increíble. ¿Cómo crearlo y qué utilizar para convertir una casa en un oasis veraniego?
¿Qué lo caracteriza?
El estilo mediterráneo evoca días de verano soleados, simplicidad, relajación y felicidad. Este estilo arquitectónico, sin pretensiones y excepcionalmente elegante, se caracteriza por un diseño que parece sacado de aldeas y pueblos costeros. La tendencia de los interiores mediterráneos, basada en las tradiciones griegas, españolas e italianas, fascina con su amplia paleta de colores, decoraciones interesantes y la sensación de espacios abiertos siempre listos para recibir invitados.
Esta excepcional tendencia decorativa es característica de los países del Mediterráneo, que disfrutan de un clima particularmente suave. El estilo arquitectónico de esta zona combina simplicidad con soluciones que acercan al ser humano a la naturaleza. Las casas están bien iluminadas, y los materiales utilizados –en particular la piedra marrón y beige– están diseñados más para refrescar los interiores que para calentarlos.
El estilo mediterráneo se distingue por grandes espacios, majestuosos ventanales, y paredes y suelos claros decorados con toques de azul cobalto, azul celeste y verde esmeralda, además de decoraciones doradas y abundante vegetación. En los interiores diseñados en este estilo no pueden faltar piedras, cerámica maravillosa, impresionantes mosaicos y muebles y decoraciones de madera. Un sello distintivo de esta tendencia decorativa son las cortinas ligeras y vaporosas, así como los colores de la tierra que predominan, dando a los espacios un carácter muy natural. Los interiores se completan con hermosas alfombras de lana, cojines decorativos, esculturas y kilims, mientras que las fachadas de estilo mediterráneo, con una carpintería llamativa, dejan una impresión casi de cuento de hadas.
¿Qué caracteriza a una fachada de estilo mediterráneo?
El carácter de las fachadas de las casas mediterráneas está intrínsecamente ligado a las características del clima costero cálido. Las fachadas suelen ser blancas, aunque a veces también pueden ser de color crema, beige o pastel. El uso de esta paleta de colores claros hace que las paredes reflejen naturalmente los rayos del sol, lo que ayuda a limitar el calentamiento de los interiores. Además, según las creencias, también protege a los habitantes del mal.
En contraste, los techos y la carpintería suelen ser de colores muy fuertes, generalmente en tonos de cobalto o azul celeste, lo que crea un efecto fenomenal que evoca la estética de los pueblos de los Pitufos. Antiguamente, las casas en estilo de villa costera se construían con piedra clara, pero hoy en día se utilizan materiales de construcción tradicionales, y las fachadas se cubren con yeso, que tradicionalmente se encala justo antes de Semana Santa.
En su versión más inusual, las fachadas de los edificios característicos del Mediterráneo tienen tonos pastel. Es común el uso de tonos cálidos como el marrón tostado, beige, ocre y siena. En las condiciones de Polonia, pocos se atreven a optar por este aspecto para sus casas, aunque cada vez es más común diseñar casas de verano en este estilo, que sirven de base para proyectos más grandes.
¿Qué materiales son adecuados para una fachada mediterránea?
Una fachada de estilo mediterráneo en las condiciones polacas puede ser una verdadera atracción. Si se toma en serio este tema y se adopta el estilo griego tradicional, nadie pasará por el edificio sin notar su maravilloso estilo.
La forma más sencilla de lograr una fachada mediterránea es utilizar un revoque claro, preferiblemente blanco, que combine perfectamente con un techo gris claro y carpintería del mismo tono, además de baldosas para fachadas en tonos grises o beige. Si el propietario es valiente, puede dar un paso más allá y adoptar el estilo tradicional con su característico techo azul y carpintería colorida. En este caso, la mejor opción sería elegir puertas y ventanas en versión bicolor, es decir, con colores interiores y exteriores diferentes, de modo que el atractivo aspecto exterior no choque con el diseño interior.
Los elementos decorativos, como nichos o zócalos, se deben revestir con baldosas exteriores que imiten piedra. Los azulejos de pared Torstone brown en forma de mosaico decorativo beige o los azulejos Canella steel, que parecen hechos de piedra natural cortada, son ideales para este propósito. Si el diseño busca parecer construido con arenisca, vale la pena optar por las baldosas modernas Kallio cream.
La fachada en estilo mediterráneo tiene muchos matices. Una base blanca, combinada con llamativos elementos decorativos azules y vegetación abundante, es la verdadera esencia de este hermoso estilo. Vale la pena adoptar esta tendencia mediterránea para revitalizar el edificio y darle un ambiente alegre.